El ambiente era totalmente festivo en este pequeño núcleo rural de Langreo que se encuentra entre las poblaciones de Lada y Mieres. Los miembros de la Banda de Música Municipal langreana afinaban sus instrumentos antes del concierto y los paelleros daban color a un arroz con carne que iban a servir a más de doscientos comensales. En la fachada de las antiguas escuelas, ahora reconvertidas en centro social, colgaban los números 3 y 5; treinta y cinco años de historia de la asociación cultural Santa Apolonia que suma casi 300 socios en un pueblo que apenas tiene cien vecinos. «Es que hay gente de toda Asturias, de Gijón, de Oviedo... y hay muchas casas para los fines de semana o para el verano», explicó Carmen Menéndez.
Los miembros del colectivo tienen claro que este tipo de asociaciones sirven, «y mucho», para mantener vivo un pueblo que ha ido perdiendo poco a poco población. «Es necesario mantener viva la zona rural; mire qué entorno, y estamos a dos pasos de La Felguera», señalaba Menéndez.
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